La industria de pagos está viviendo una transformación sin precedentes. Impulsada por la exigencia de inmediatez, la necesidad de experiencias sin fricciones y la evolución hacia modelos interoperables, esta nueva era redefine la forma en que nos conectamos, compramos y nos relacionamos con el valor.

Así lo recogen los nuevos informes de tendencias elaborados por Nuek, la compañía tecnológica de Minsait (Indra), en colaboración con Analistas Financieros Internacionales (Afi). Un análisis que posiciona a España como uno de los mercados más avanzados en pagos instantáneos. Gracias al liderazgo de la banca española a través de Iberpay, se ha logrado una conexión completa con el esquema internacional One-Leg-Out, haciendo posible transferencias internacionales inmediatas en distintas divisas y anticipando el cumplimiento de la nueva regulación europea que exigirá pagos instantáneos en euros desde 2025.

La interoperabilidad también avanza con fuerza. España, Portugal e Italia están dando forma a un ecosistema común que permitirá transferencias inmediatas entre personas, utilizando solo el número de teléfono como identificador. Millones de usuarios podrán enviar y recibir dinero con mayor facilidad y desde cualquier lugar, gracias a una red que hace posible que los diferentes raíles de pago —tarjetas, cuentas, wallets— funcionen como un sistema unificado.

En paralelo, los pagos integrados o «invisibles» comienzan a consolidarse en sectores como el comercio, la movilidad o la entrega a domicilio. El pago desaparece de la experiencia para potenciar la fluidez, reducir el abandono de carritos digitales y optimizar las interacciones físicas. Tecnologías como la biometría y los wallets digitales lideran este cambio hacia una experiencia más ágil, segura y centrada en el usuario.

El siguiente gran cambio se llama Open Data. Un modelo donde los usuarios tienen el control sobre qué datos financieros comparten a cambio de servicios más personalizados. Aunque España se sitúa a la vanguardia en regulación y protección (PSD2, RGPD), el informe de Nuek revela una barrera cultural: la desconfianza del consumidor a compartir su información financiera. Aquí es donde la transparencia, la seguridad y la educación financiera se vuelven esenciales para hacer realidad un ecosistema de pagos verdaderamente conectado, accesible y humano.